¡PLOP! Maduro critica a los "reyezuelos"... pero son los suyos los que buscan eternizarse en el poder

Nueve gobernadores del PSUV aspiran a reelegirse el 25 de mayo, mientras Maduro intenta lavarse la cara política atacando a su propio reflejo. El cinismo llega a nuevas alturas.

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RadioAmericave.com  / La Voz Del lector.

Hay momentos en la política venezolana que no necesitan sátira. Se escriben solos. Esta vez, Nicolás Maduro ha logrado superar su propio récord de cinismo al declarar que el chavismo no está postulando “reyezuelos o caudillos que quieren entronizarse en los palacios de gobierno”. Lo dijo con cara seria, sin una pizca de ironía, como si su propia estructura de poder no estuviera plagada de esos mismos caudillos a los que supuestamente desprecia.

El comentario ocurre justo cuando nueve gobernadores del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) —es decir, del mismo partido de Maduro— se preparan para ser reelegidos el próximo 25 de mayo, fecha en la que se elegirán no solo mandatarios regionales, sino también representantes a los Consejos Legislativos y diputados a la Asamblea Nacional. Es decir: más del mismo modelo hegemónico que ha arruinado al país.

Pero lo que más llama la atención no es la contradicción —ya habitual en el discurso oficialista— sino la descarada hipocresía con que Maduro pretende deslindarse del autoritarismo que ha promovido, cultivado y premiado durante años. Porque si hay un trono en Venezuela que ha sido blindado con represión, clientelismo y manipulación electoral, es el suyo.

¿Quiénes son estos "reyezuelos"? ¿Acaso no son los mismos que han sido ungidos por el dedo de Miraflores, que han saqueado presupuestos, criminalizado la protesta, y convertido sus estados en feudos personales con milicias armadas? ¿No son ellos los que persiguen a los opositores, manipulan censos de misiones sociales, y entregan cajas CLAP con chantaje político incluido?

Maduro habla como si no hubiese pasado los últimos 11 años profundizando un sistema que recompensa la obediencia ciega y castiga cualquier disidencia interna. Su discurso no es una autocrítica, sino una jugada de propaganda para simular que hay renovación, cuando en realidad solo hay reciclaje del mismo fracaso.

El pueblo venezolano, sin embargo, no es tonto. Cada vez menos se traga el cuento del “nuevo liderazgo revolucionario”. Ya conoce el guion: se habla de humildad y “poder popular”, mientras los candidatos se montan en camionetas blindadas y escoltas armados, gestionan contratos millonarios con testaferros, y hacen de cada elección una farsa más para legitimar su permanencia.

El 25 de mayo se acerca, y con él otra oportunidad perdida para democratizar el país. Lo que se prepara no es una elección, sino una coronación silenciosa de los mismos personajes que han saqueado, dividido y reprimido a una nación entera.

Así que sí, presidente, tiene razón en algo: esto va de reyezuelos. Pero no son otros. Son los suyos

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