Alemania Despierta: La Nación del “Nunca Más” se Prepara para la Guerra

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En un giro histórico, el Bundestag aprueba romper su rígida política fiscal para rearmar a la Bundeswehr. “No se trata de si ocurrirá una guerra, sino de cuánto tiempo nos dará Putin para prepararnos”, advierte el general Breuer. Europa tiembla.

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Por nuestro corresponsal en Europa – Especial para Vierne5.com

Una nube de polvo marrón se alza sobre las llanuras de Baja Sajonia. Desde la base de ejercicios militares cerca de Münster, un lanzamisiles rompe el horizonte con estrépito. La escena parece sacada de un documental bélico, pero es la Alemania del presente. La misma que durante décadas prometió no volver a empuñar el puño de hierro, ahora se rearma con urgencia ante la amenaza creciente del Este.

Las Fuerzas Armadas alemanas —la Bundeswehr— han recibido luz verde para una de las mayores inversiones militares desde la Segunda Guerra Mundial. En un movimiento sin precedentes, el Parlamento germano aprobó eximir el gasto en defensa de las estrictas reglas fiscales que limitaban el endeudamiento del Estado. El mensaje es claro: Alemania ha despertado del letargo estratégico que la definió desde el final del nazismo.

“No se trata de si habrá guerra. Se trata de cuánto tiempo nos va a dar Putin para prepararnos”, advirtió el general Carsten Breuer, jefe supremo de la Bundeswehr, en una entrevista explosiva concedida a la BBC. Sus palabras no son diplomáticas, sino un llamado de emergencia geopolítica: la agresión rusa no se detendrá en Ucrania. Y Europa lo sabe.

Durante décadas, Alemania se sostuvo sobre un pacto tácito: “Nunca más” significaba no liderar militarmente. Prefería ser una potencia económica, moral, dialogante. Pero la invasión rusa a Ucrania rompió ese equilibrio. Lo que antes se consideraba impensable —rearmarse, construir tanques, modernizar arsenales, entrenar tropas para un conflicto real— hoy es una realidad aprobada por ley.

El pueblo alemán lo percibe con inquietud. En Münster, donde los ejercicios militares ya no sorprenden a los locales, el ruido de los cohetes se ha convertido en la nueva banda sonora de la vida cotidiana. Alemania ya no ensaya para un conflicto, se entrena para sobrevivirlo.

La nueva estrategia incluye una reconfiguración total del aparato militar, con inversiones en tecnología, defensa aérea, drones, inteligencia, y presencia reforzada en la OTAN. El presupuesto de defensa superará los 100.000 millones de euros. Y no es casualidad que esta decisión haya sido aprobada ahora, justo cuando las señales desde Moscú se tornan cada vez más agresivas y el desgaste de la guerra en Ucrania pone a prueba la paciencia de Occidente.

Pero esta no es solo una decisión técnica o presupuestaria. Es un quiebre cultural, una transformación histórica. La generación postguerra que creció con culpa y pacifismo ve cómo el espectro del conflicto vuelve a rondar el continente. Y esta vez, Alemania no puede darse el lujo de mirar hacia otro lado.

Europa observa con nerviosismo. La pregunta ya no es si Alemania volverá a ser una potencia militar, sino cuán rápido podrá ponerse al día con las exigencias de un nuevo orden mundial en llamas.

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