El auditor general del Vaticano publicó hoy el procedimiento por el que
se facilitarán las denuncias de actos de corrupción en la Santa Sede y
en el que se protege al denunciante, pero no se tomarán en cuenta los
informes anónimos.
El documento publicado hoy regula la
institución de la figura de 'whistleblowing' (denunciante), ya vigente
en la legislación de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del
Vaticano y que está prevista en la Convención de las Naciones Unidas
contra la Corrupción, a la que la Santa Sede se adhirió en 2016.
Explica
que pueden presentar su informe (denuncia) tantos los funcionarios,
empleados, diplomáticos, colaboradores, directivos o consultores, es
decir "todos aquellos que tengan conocimiento en el ejercicio de sus
funciones" de episodios de corrupción en el Vaticano.
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