El presidente electo, Javier Milei, está moderando rápidamente su
retórica agresiva hacia los principales socios comerciales de Argentina,
lo que aumenta la posibilidad de que, después de todo, su
Administración no sea tan perjudicial para los asuntos internacionales.
Tras
calificar al Gobierno chino de “asesino” en una entrevista concedida en
agosto a Bloomberg News y afirmar que, de ser elegido, no mantendría
relaciones con Brasil ni con países dirigidos por “comunistas”, Milei se
mostró sorprendentemente cordial en comentarios realizados pocos días
después de su aplastante victoria del 19 de noviembre.
El
miércoles envió buenos deseos al pueblo chino en una publicación en las
redes sociales, agradeciendo al presidente Xi Jinping por una carta en
la que felicitaba al líder argentino por su victoria y le recordaba que
las relaciones entre Pekín y Buenos Aires siempre se basaron en el
“respeto mutuo”, con “beneficios tangibles” para ambas partes.
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