En plena campaña electoral previa al balotaje del 19 de
noviembre, Argentina mantiene un conflicto por la falta de combustible,
que durante el fin de semana generó filas interminables de automóviles
en gasolineras y que el Ejecutivo resolvió con importación y un
ultimátum a las petroleras.
El aumento de demanda generado por el
último fin de semana largo (12 al 16 de octubre) y el miedo a una
eventual devaluación tras las elecciones del 22 de octubre, que
finalmente no se concretó, provocaron una escasez de combustible que
llevó al Ejecutivo, por un lado, a importar varios barcos para
garantizar el suministro y, por otro, a dar un ultimátum a las
compañías.
Argentina decidió la importación de diez barcos con
combustibles el pasado viernes, de los que dos se concretaron este
sábado para, según explicó la Secretaría de Energía (dependiente del
Ministerio de Economía), paliar la escasez del hidrocarburo.
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