Un juez federal de los Estados Unidos (EEUU) dictaminó el miércoles que
el estado de Texas deberá remover las barreras flotantes instaladas
recientemente en el río Grande (río Bravo, en México) para disuadir a
los migrantes de cruzar la frontera.
El estado deberá, a más
tardar el 15 de septiembre de 2023, reposicionar, a sus expensas, todas
las boyas, anclas y otros materiales relacionados que componen la
barrera flotante colocada en el río, escribió el juez federal de
distrito, David Ezra, en una orden judicial preliminar.
"Desgraciadamente
para Texas, un permiso es exactamente lo que exige la ley federal antes
de instalar obstrucciones en las aguas navegables del país", agregó.
El Departamento de Justicia presentó una demanda civil en julio,
argumentando que la barrera flotante viola la Ley de Ríos y Puertos, que
prohíbe crear sin la debida autorización cualquier obstrucción en la
capacidad navegable de las aguas del país. Asimismo, afirmó que la
barrera flotante "plantea riesgos para la salud y la seguridad pública"
al impedir los desplazamientos a través de ella, perjudicando las
relaciones entre EEUU y México.
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