El papa Francisco expresó su dolor y solidaridad ante el terremoto que
sacudió este sábado violentamente Marruecos y cuyo balance asciende a
820 muertos y 672 heridos, entre ellos 250 de carácter grave, y graves
daños.
El papa garantiza "sus oraciones ante esta catástrofe
natural" y se muestra "entristecido por este acontecimiento" y expresa
su "profunda solidaridad con quienes están tocados en la carne y en el
corazón por esta tragedia: reza por el descanso de los difuntos, por la
curación de los heridos y por el consuelo de quienes lloran la pérdida
de sus seres queridos y de sus hogares", se lee en el telegrama enviado a
la Iglesia local.
En el mensaje enviado en nombre del pontífice por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, Francisco "pide al Altísimo que sostenga a los marroquíes en esta prueba y ofrece su aliento a las autoridades civiles y a los servicios de rescate".
Según los últimos datos difundidos por el Ministerio del Interior
marroquí, la provincia con más fallecidos registrado es Al Haouz, (al
sur de Marrakech y cercana al epicentro), con 394 fallecidos, seguida de
Taroudant (271 víctimas mortales), Chichaoua (91 fallecidos),
Ouarzazate (31), Marrakech (13), Azilal (11), Agadir (5), Casablanca (3)
y Al Youssufia (1).
Según un boletín de alerta sísmica difundido
por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí, el terremoto, de
magnitud 7, sacudió la región septentrional marroquí de Marrakech y se
produjo a las 23.11 hora local (22.11 GMT del sábado) a 8 kilómetros de
profundidad.
Tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada unos 80 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech.
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