El fentanilo, la potente y barata droga sintética de efectos
opiáceos tan extendida en países como Estados Unidos, ha puesto en
alerta a la ciudad ecuatoriana de Guayaquil (suroeste), que comienza a
ver sus efectos mientras intenta combatir el consumo de otras drogas
consumidas en peligrosos "cócteles".
La llegada de cuatro
consumidores de drogas a un hospital municipal con dolores intensos en
el cuerpo y ojos desorbitados, encorvados, desorientados y que no
respondieron a los tratamientos alertó a las autoridades de salud de la
ciudad sobre un posible consumo del fentanilo, 50 veces más potente que
la heroína y 100 veces más que la morfina.
Sin disponer de las pruebas para detectar la presencia de esta droga, los casos quedaron como sospechosos.
Estos pacientes, explica a EFE el director de Salud del Municipio, Juan
Carlos González, eran consumidores de la "H", una peligrosa mezcla de
heroína con residuos de cemento, veneno para ratas y otras sustancias,
muy utilizada en la ciudad por su bajo costo (50 centavos de dólar) y
alto nivel de adicción, y que en 2016 detonó intervenciones en al menos
cuatro barrios desbordados por el microtráfico.
Siete años
después, la "H" sigue instalada en la ciudad y la acompañan cada vez más
mezclas de drogas entre las que, temen los especialistas, puede estar
el fentanilo.
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