Este viernes la Policía de Perú reprimió de manera violenta a
manifestantes que intentaban llegar a la sede del Congreso de ese país,
en el centro de Lima, para exigir la renuncia del Gobierno de la
presidenta Dina Boluarte.
En las inmediaciones del Parque Universitario, agentes policiales dispararon granadas lacrimógenas, perdigones y balas de reglamento, y golpearon a varios manifestantes. Se reportaron varios heridos a causa de los abusos contra los manifestantes, entre los que se encontraban mujeres de comunidades indígenas.
Previamente, la red de 78 organizaciones que integran la Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) denunció que la Policía de Perú no
permitirá que la protesta pacífica llegue a la sede del Congreso.
La
denuncia fue difundida a través de la red social Twitter de la CNDDHH
solo precisó el apellido del comandante policial (Oliva) que trasmitió
esa comunicación a los manifestantes, quienes exigieron la presencia del
Ministerio Público para validar que se trata de una violación del
derecho a la protesta pacífica.
Señalaron que fuertes cordones
policiales mantenían a esa hora completamente cercada la plaza San
Martín, en el centro de la ciudad y la presencia de fuertes dispositivos
policiales en avenidas limeñas.
Mientras las marchas avanzaban y
los manifestantes eran reprimidos, desde la sede del Congreso la
presidenta designada envió un mensaje a la nación, en el cual expresó:
"Pido perdón a las víctimas de las manifestaciones y a los heridos, y me
allano a las investigaciones".
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