La Administración del presidente de EEUU, Joe Biden, ha confirmado este
viernes que suministrarán a Ucrania bombas de racimo, cuyo uso está
prohibido en gran parte del mundo.
El anuncio de la entrega, que
formará parte de un nuevo paquete de asistencia militar para Kiev, llega
tras meses de la negativa al respecto por parte de Washington ante las
exigencias del Gobierno del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski. La
Casa Blanca se resistía a entregar las bombas de racimo por su potencial
capacidad de afectar de forma indiscriminada a la población civil,
según denuncian grupos humanitarios.
La aprobación de Washington
llega en un momento en que Ucrania sigue intentando alcanzar algunos
éxitos en el marco de su contraofensiva contra las tropas rusas,
mientras tanto Occidente como Kiev han admitido que sus acciones
militares van más lento de lo esperado.
Las municiones de racimo, que se usaron por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial, pueden emplearse en cohetes, bombas, misiles y proyectiles de artillería. Tras ser lanzados, se abren en pleno vuelo, esparciendo muchas minibombas sobre una amplia zona.
Entretanto, desde la organización de derechos humanos Human Rights Watch
(HRW) se pronunciaron en contra de la entrega de este armamento por
parte del Gobierno de Joe Biden, alegando el riesgo que entraña para la
población civil.
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