El Gobierno colombiano y cabecillas de grupos armados ilegales que
operan en Medellín y en el Valle de Aburrá, instalaron el viernes en la
cárcel La Paz de Itagüí una mesa de diálogo, enmarcada en la política de
la paz total, con el propósito de desmovilizar a más de 12.000 personas
y acabar con la guerra en las comunas.
En una zona del centro
carcelario adecuada para el acto, el coordinador de Justicia de Misión
de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP) de la Organización de
Estados Americanos (OEA), Daniel Millares, se encargó de iniciar este
"proceso de paz urbana" con la lectura de una declaración conjunta
suscrita entre los representantes del Gobierno y las estructuras armadas
organizadas.
A su vez, el alto comisionado para la Paz de
Colombia, Danilo Rueda, precisó que esta nueva fase instala un "espacio
dialógico sociojurídico" que busca "avanzar" hacia una paz integral en
una región golpeada por el conflicto urbano.
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