El Ejército de Honduras comenzó a tomar el control de las cárceles del
país desde el lunes, después de varios disturbios en el interior de los
penales, el más violento de los cuales dejó 46 reclusas muertas en un
centro de detención de mujeres la semana pasada.
Tras la tragedia, la presidenta hondureña, Xiomara Castro, anunció que entregaría el control de las prisiones a la Policía militar, en lo que supuso un cambio de postura con respecto al objetivo de la desmilitarización de la seguridad que había mantenido hasta la fecha. La medida se toma con la intención de detener el crimen organizado dentro de las cárceles.
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