El gobierno de Daniel Ortega ordenó la expulsión de la Cruz Roja de su territorio, acusando a sus funcionarios de actividades que no le corresponden y de apoyo al terrorismo.
La orden ejecutiva da un plazo perentorio para que los miembros de la Cruz Roja abandonen el país. Ortega dijo que el organismo se había dedicado a apoyar a adversarios políticos en abierta violación a lo que, se supone, dicta la Constitución.
En su lugar, el gobierno de Nicaragua creará su propia Cruz Roja, con personalidad jurídica propia y atribuciones muy específicas de apoyo a las actividades que desarrolla el gobierno nacional para atender emergencias, desastres y apoyo humanitario, pero dentro del criterio que los gobernantes estiman que deben regir el comportamiento y las tares de esa institución.
El tiempo dado a la Cruz Roja Internacional para salir del país, es perentorio, se informó.
Fuentes informadas dijeron que el encono de Ortega y Murillo, su esposa, contra la institución internacional, tiene como precedente no sólo negarle al organismo el ingreso a las prisiones, sino que en marzo de 2022 expulsaron al jefe de misión, Thomas Ess, sin informar el motivo de la decisión.
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