Miles de independentistas catalanes se manifestaron este jueves cerca
del lugar de Barcelona en que se celebra una cumbre franco-española para
recordar que sus demandas siguen vivas.
"El gobierno español
quería presumir de que nos tenían rendidos y de que ya habíamos
renunciado a la independencia", pero la manifestación intenta "que se
den cuenta de que no hemos renunciado a nada", explicó a la AFP David
García, un economista de 52 años.
Según la policía local, unos
6.500 manifestantes participaron en esta protesta con banderas
independentistas y coreando consignas como "¡ni Francia, ni España,
países catalanes!".
"Pienso que es un juego entre países
colonizadores, que lo que quieren es pactar para fastidiar a los países
oprimidos, que somos varios", estimó Mercè Alerta, una empleada de
Barcelona de 35 años.
No lejos de ellos, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el
presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el de Francia,
Emmanuel Macron, mantenían una cumbre bilateral que culminará con la
firma de un tratado bilateral de amistad y cooperación.
La
elección de Barcelona como sede de la cumbre, con la que el gobierno de
Sánchez quería mostrar que el clima en la región del noreste se ha
calmado desde la tentativa de secesión de 2017, alteró a los
independentistas, que lo ven como una humillación.
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