El papa emérito Benedicto XVI, que falleció el 31 de diciembre a los 95 años, será enterrado en la tumba que ocupó Juan Pablo II en la cripta dedicada a los pontífices bajo la basílica de San Pedro, confirmó hoy el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
Bruni explicó que
Benedicto XVI había dejado dicho -como relató su biógrafo Peter Seewald-
su deseo de ser enterrado en ese lugar de las grutas vaticanas ocupado
por los restos de Juan Pablo II hasta mayo de 2011, cuando el ataúd fue
de nuevo expuesto en la basílica de San Pedro tras ser beatificado por
el papa alemán.
La que será la tumba del
pontífice emérito perteneció asimismo al también santo papa Juan XXIII y
se encuentra a pocos metros de la de San Pedro y ante las sepulturas de
dos reinas, Cristina de Suecia y Carlota de Chipre.
Benedicto
XVI también tendrá, como ocurrió con Juan Pablo II, una sencilla lápida
de mármol blanco con la inscripción de los años de su pontificado en
latín.
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