El izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva asume este domingo por tercera
vez la presidencia de Brasil, ante cientos de miles de seguidores y
numerosos jefes de Estado extranjeros, en medio de una seguridad
reforzada tras un frustrado atentado con bomba.
El evento, que
espera reunir a unas 300.000 personas en la capital Brasilia, combina
protocolos institucionales y una celebración popular animada por
espectáculos musicales.
Lula será oficialmente proclamado presidente junto a su vicepresidente Geraldo Alckmin en una ceremonia en el Congreso.
Pero
el momento más esperado por sus seguidores será cuando el veterano
político, de 77 años, que dice que dirigirá el país con "la energía de
un hombre de 30 y las ganas de uno de 20", suba la rampa de acceso al
Palacio de Planalto, sede presidencial y joya del arquitecto Oscar
Niemeyer.
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