Europa
se prepara a afrontar un duro invierno debido al encarecimiento
exponencial de la energía acarreado por las tensiones con Rusia desde el
inicio hace seis meses de la guerra de Ucrania.
Ante
el riesgo de escasez de gas y cortes de electricidad, los gobiernos
buscan ahorrar energía con medidas que van de la reducción de la
calefacción al cierre de piscinas o a la suspensión de la actividad de
algunas fábricas, destacó AFP.
El viernes, los precios mayoristas
de la electricidad para 2023 batieron récords en Alemania y en Francia,
con 995 y más de 1.100 euros por megavatio hora (montantes similares en
dólares), respectivamente. Hace un año, las tarifas rondaban los 85
euros por megavatio hora.
"El invierno será duro para todos los
países de Europa, los precios permanecerán altos e incluso deberían
aumentar aún más", dijo a la AFP Giovanni Sgaravatti, investigador del
laboratorio de ideas bruselense Bruegel.
Este drástico aumento
se debe principalmente a la reducción del suministro de gas ruso a los
países europeos que apoyan a Ucrania frente a la invasión de Moscú.
Desde el inicio de la guerra, Rusia ha disminuido o suspendido la
entrega de gas a una decena de países europeos, en una estrategia
percibida en Occidente como una represalia por las sanciones
occidentales contra Moscú.
Para evitar una crisis mayor, los 27
Estados de la Unión Europea (UE) se comprometieron a reducir al menos en
un 15% su consumo de gas entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo
de 2023, al final del invierno boreal.
La caída de las entregas
ha disparado el precio del gas y, en consonancia, los de la
electricidad, ya que históricamente el 20% de la electricidad europea se
genera en centrales térmicas que funcionan con gas.
Pero la
guerra en Ucrania "no es el único responsable" de esas alzas, apunta
Vincent Charlet, economista de un laboratorio de ideas francés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario