Una ola de calor y una sequía sin precedentes en algunas zonas del centro de China han provocado la suspensión de la actividad en numerosas fábricas por el aumento de la demanda de energía y una producción incapaz de asumirla, con amenazas de cortes en zonas residenciales.
Los bajos niveles de los ríos y los
pantanos, de los que depende el suministro energético local, llevaron a
la provincia central de Sichuan a decretar la suspensión temporal de la
producción en las fábricas de 19 de sus 21 ciudades.
Según
informó este miércoles el diario hongkonés South China Morning Post, el
Gobierno de Sichuan anunció que la citada medida se prolongaría desde
este lunes hasta el próximo sábado, 20 de agosto, a lo largo de un total
de seis días.
En un comunicado publicado en su
página web, el Ejecutivo indica que la región se enfrenta a unos
niveles de temperatura "extremos" y no vistos en seis décadas, mientras
que las precipitaciones han caído un 51 % frente a las mismas fechas de
años anteriores y se sitúan ya en sus cotas más bajas desde que hay
registros.
El consiguiente descenso de los niveles de agua en las principales
cuencas fluviales de la zona ha implicado una "caída repentina de la
producción hidroeléctrica", que representa en torno al 80 % de la
capacidad de generación de energía de la provincia, hogar de 84 millones
de perdonas.
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