Dos nuevos autobuses con inmigrantes llegaron este viernes a Nueva York enviados por el Gobierno de Texas, que se suman a los tres que arribaron el pasado miércoles dentro de la política del gobernador de ese estado, el republicano Greg Abbot, de repartir la carga que supone la inmigración.
En horas de la mañana, dos autobuses
llegaron a la Terminal central (conocida como Port Authority) con 89
inmigrantes a bordo, según dijeron fuentes de la Alcaldía, que montaron
un dispositivo de acogida de emergencia con varias organizaciones
benéficas para dirigir a los recién llegados a los albergues públicos.
Entre los llegados -casi todos de Venezuela, pero también de Perú, México y hasta de la República Democrática del Congo- había familias enteras con niños pequeños, aunque en su mayoría eran hombres solteros que habían hecho un viaje de dos días de duración desde que salieron de un refugio en la frontera misma entre Texas y México.
Aunque organizaciones caritativas les proveyeron de comida y bebida durante el viaje, la mayoría "vienen con hambre y sed", incluso con enfermedades, y uno de ellos tuvo que ser trasladado de inmediato a un hospital, dijeron las fuentes.
Los inmigrantes contactados conocen en algunos casos a familiares o
amigos dentro de Estados Unidos, pero todos ellos dijeron que primero
intentarían probar fortuna buscando algún trabajo en Nueva York.
Antes de subir a bordo de los autobuses, los inmigrantes reciben una carta de consentimiento en Texas en la que dice que tanto Nueva York como Washington "han sido nombradas ciudades santuario por sus Alcaldías y están proveyendo refugio y comida a todos los que llegan al país".
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo que la ciudad de Nueva York dió albergue desde mayo a 5.000 solicitantes de asilo y migrantes, "y vamos a seguir haciéndolo", pero añadió que "hemos hablado con la Casa Blanca para discutir el tema y dejar claro que necesitamos ayuda para superar este momento".La llegada de estos inmigrantes desató una nueva batalla entre el
demócrata Adams y el gobernador Abbot mediante declaraciones cruzadas:
hoy mismo, el alcalde neoyorquino dijo que "poner a alguien en un
autobús durante 45 horas sin asistencia médica, sin comida ni agua ni
condiciones higiénicas apropiadas, y mandarlos a una ciudad de la que
nada conocen, es traumático para cualquiera".
Antes de subir a bordo de los autobuses, los inmigrantes reciben una carta de consentimiento en Texas en la que dice que tanto Nueva York como Washington "han sido nombradas ciudades santuario por sus Alcaldías y están proveyendo refugio y comida a todos los que llegan al país".
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo que la ciudad de Nueva York dió albergue desde mayo a 5.000 solicitantes de asilo y migrantes, "y vamos a seguir haciéndolo", pero añadió que "hemos hablado con la Casa Blanca para discutir el tema y dejar claro que necesitamos ayuda para superar este momento".
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