Los alemanes asisten al levantamiento de restricciones por el covid-19
a partir de este sábado, mientras la incidencia comienza a descender,
aunque la oposición y las organizaciones sanitarias siguen criticando la
medida por considerarla prematura.
Más allá de estos mínimos, desde mañana gran parte de los alemanes podrá hacer uso de los comercios sin mascarilla o acudir a restaurantes y cines sin necesidad de enseñar un certificado de vacunación o un test negativo, una relajación que la ciudad-estado de Berlín ya introdujo este viernes.
No obstante, el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, instó a los ciudadanos a seguir empleando el cubrebocas en las tiendas y otros espacios interiores por responsabilidad, para protegerse a sí mismos «y a los demás».
«Yo lo haré por el momento y lo recomiendo a todos los clientes,» escribió en su cuenta de Twitter y calificó de «ejemplar» el comportamiento de la excanciller Angela Merkel, fotografiada con mascarilla a pesar de que ya no es obligatorio.
La Ley de Protección de Infecciones aprobada en marzo prevé que los distritos o regiones con una incidencia muy alta puedan declararse «foco» con medidas más estrictas, una regulación de la que de momento solo han hecho uso la región de Mecklenburgo – Pomerania Occidental y la ciudad de Hamburgo, ambas en el norte del país.
Varios de los «Länder» gobernados por la oposición conservadora reclaman sin embargo la capacidad de imponer restricciones más severas y lucharon hasta el último momento por poder prorrogar las restricciones, aunque finalmente aceptaron la línea del gobierno central.
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